Finalmente publicó lo que estuve "trabajando" en lós últimos días. Agradezco a todos quienes me ayudaron.
Sin título (o Mi encuentro con el Hombre de Barro)
El cielo se quedó mudo. Miraba indiferente con su silencio agresivo. Insolente. Mi piel se estremecía ante lo que no llegaba a ser murmullo, ante lo que no llegaba a ser sonido siquiera. Supuse que me mostraría un gris parco, aunque más de una vez me sorprendió con alguna extraña variación del rosa. No sé, no miré.
Llovería, quizás. La maleza entre mis rodillas siseaba calma, contestándole apenas a las gotas que tal vez serían. Pasó poco tiempo antes de que los árboles se viesen incluidos en el diálogo prematuro. Las hojas despertaron tímidas, aún así homogéneas y amarillas. Acaso las ramas se balanceaban produciendo aquél efecto. La brisa era demasiado tenue aún para efectos desbordantes.
No estoy seguro de la perpetuación del movimiento de las hojas o si la brisa continuó siendo brisa. Una novedad vedó la posibilidad de seguir contemplando el espectáculo. Demasiado ocre era su sobretodo como para voltear la mirada. Estimo, sí, que al menos una gota encontró mi nuca.
miércoles, septiembre 06, 2006
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5 comentarios:
Históricamente, el bañarse ha sido causa de numerosos actos de genialidad. Sino, pregúntenle a Arquímedes.
Y aquí tenemos a este chico, que se confunde y se enchincha, pero después se baña y renace... o nace de vuelta con una idea bajo el brazo.
Me gustó, sabés. Me encantan tus imágenes... son siempre híbridas y sospechosamente vacías.
¿A vos te gustó?
Saludos, y suerte.
Construyes muy bien los espacios donde desarrollas tus historias, sobre todo porque al ser pequeños flashasos el ambiente se vuelve bastante controlable. Me gustó, Keep up the good work.
y al final lo publicaste así como estaba.
Creo que si le hubieras agregado algo habría perdido la esencia
asi esta perfecto
El título ayudó mucho, así no perdió sutileza lo demás... Muy bueno, Pato.
También te espío a ti eh ;)
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